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sábado, 29 de agosto de 2015

La izquierda de James y los detalles de un 5-0


El Real Madrid satisfizo a caprichosos e impacientes en su segundo partido oficial de la temporada. Agosto aún no se escapa del calendario y los blancos pasaron como un rodillo sobre los jugadores dirigidos por Pepe Mel, disipando por una noche los aromas pesimistas que bordeaban al equipo por una pretemporada llena de clarioscuros. El azote goleador de sus atacantes puso un 5-0 en el marcador, pero hubo más que pegada.


El equipo blanco empezó a añadir combustible a la máquina e imprimió un buen ritmo de juego en el inicio de partido. Tanto Kroos como Modric comenzaron a surtir de balones hacia su banda más cercana y a empujar al equipo hacia arriba. Esta pareja está atada por una cuerda que hasta el momento parece irrompible. Cuando uno se perfila hacia un lado para distribuir, el otro cierra en diagonal; si el balón se encuentra en los pies de uno de ellos, el otro ofrece el pase en paralelo. A partir de dicha premisa, dos fueron los focos que el Betis, con un plan más conservador que de costumbre, no pudo apagar para poder sacar algo en claro del Bernabéu. Por un lado, Gareth Bale. El jugador galés cuajó un magnífico partido en el que además sumó mucha determinación. Partiendo como mediapunta, visitó los tres carriles y produjo en todos ellos. Su juego en este Real Madrid de Benítez consiste en estirar y aportar profundidad por cada zona que aparezca. El galés tiró diagonales hacia la izquierda para ensanchar el juego y sumar verticalidad, apareció en derecha para afinar su centro lateral y decidió por dentro con un remate dentro del área y un zapatazo lejano. Aparece, la suelta rápido y se va. Constantemente ataca espacio en velocidad y a su vez libera otro. Agitó mucho los ataques blancos y creó problemas a los laterales verdiblancos.

Gareth Bale dio vértigo a los ataques del Madrid y fue determinante

Aunque si hablamos de aporte de juego e influencia en el marcador a partes iguales, ese es James Rodríguez. Todo un tumulto de gente se reunió alrededor del número 10 para que éste sacase a la luz sus mejores virtudes. Antes de entrar a concretar los porqués de la exhibición de James, debemos decir que el mejor fútbol del conjunto blanco se cocinó en la banda derecha. Por dicho costado, el Madrid ganaba poso, claridad y un manantial de ventajas. En la izquierda, Kroos no tenía un socio permanente con el que ganar metros. Todos los que allí pisan suelen aparecer y no permanecer fijos esperando a recibir el pase. Tanto el alemán como Marcelo, dos amantes de la pausa y de la pared, gozan de menos tiempo con el balón controlado y necesitan aumentar su velocidad para equilibrar los ataques por dicha banda. El carioca  (que a pesar de todo cuajó una buena actuación) llegando y Toni acelerando mucho para poder dar ventaja a los que aparecían.
 
Mientras en la izquierda costaba engrasar los ataques, en derecha todo fue como un río. Fluido y sin detenerse, alternando el sosiego con el frenesí. Por un lado, estaba Luka Modric. El croata distribuye con ritmo a todo el carril derecho y además, debido a su buena movilidad, limpia todos los movimientos que puede hacer el extremo y el lateral para facilitarles su acción posterior. Con Luka suministrando, el segundo punto de apoyo fue James. Su absoluta precisión en el pase y su control del balón fue un manantial de soluciones para el ataque posicional de los blancos. A distintas alturas del campo pero sin demasiadas apariciones lejos de la zona derecha del ataque, ahí residió. Desde ese punto, activó varias veces a un profundo y técnico Danilo tanto por dentro como por fuera, detectó con inteligencia las diagonales de Bale y conectó con compañeros de la otra banda, todo ello sin demostrar mucha libertad posicional. Y asistió. En el minuto 3 su exquisita pierna izquierda había puesto el balón en la cabeza de Bale. Y marcó. El colombiano también significa pegada, una pegada de mucho virtuosismo. El chico marca golazos: una falta lateral ajustadísima al palo largo y una chilena grandiosa.
 
 
 
James volvió a ser brillante en términos de juego y determinación
 
 
A pesar de la pegada que demostró el Real Madrid, aún debe dar varias pinceladas a aspectos de su juego, como es normal en el mes de agosto. El Betis fue un equipo que se deshizo en su área pero que tenía argumentos para llegar a mirar a los ojos a Keylor Navas. A la hora de perder la pelota, los repliegues de los blancos (cuando no logran recuperarla arriba) se dibujan en un 4+2, donde los dos pivotes buscan frenar el avance del rival para permitir el retorno un 4+3 definitivo, ya que un extremo, el mediapunta y el delantero no poseen obligación para correr hacia atrás. Ante esta situación, los verdiblancos aceleraron su juego lograron crear ventajas por la banda de Cejudo, que demostró una buena punta de velocidad y descaro para hacer daño en el sector de Marcelo. Las bandas pueden ser una zona por la cual el Madrid podría tener problemas cuando sufra contraataques.
 
 
El Real Madrid aún debe ajustar comportamientos a la hora de presionar arriba
 
Como último punto, analizar el partido de Cristiano y Karim. En el caso del portugués, trabajó mucho para buscar el gol pero le faltó algo de malicia para lograr culminar alguna jugada. Mientras tanto, Karim dejó muestras de que cuando su equipo cuenta con él, las ofensivas ganan muchas más opciones para generar ante equipos cerrados. Ensanchó alguna vez en izquierda y sobretodo abrió la frontal con sus apoyos. No obstante, no se le ve del todo fresco y fruto de ello falló alguna devolución de esas que suponen ventajas para el ataque blanco. Aún así, se lleva un gol y unos buenos minutos para tener rodaje tras la lesión.


Benítez ya empieza a dejar sello de su estilo en el juego del Madrid. Las piezas aún no encajan pero por lo menos ha logrado apaciguar esa sequía de goles que tanto se acusaba. Una noche tranquila para jugar al fútbol.


 
 
 
 
FOTO PRINCIPAL: clarín.com
 


 

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